Mucho más que un libro sobre el cáncer de mama

Blanca Romá es conocida como “Una más del Batallón”, es la que en Murcia acompaña e invita a un café a todo el que se haga donante de médula ósea, la que saca tiempo y fuerzas para ayudar a los demás sin ponerse ni una medalla, la del vaso medio lleno, la que se lo toma todo un humor pero si tiene que despotricar despotrica, por todo eso y aunque ella insista no es “Una Más”.

Hace ya casi 2 años que tuve la suerte de que me enviara su forma de ver una sonrisa (nº 15) y de que muy poco después formáramos la familia de Pelones Peleones.

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Para nosotros es la acuñadora del tirtititi, una sonrisa perenne que a diario nos contagia por FB, guasap, foto, vídeo o email, es mi consuegra, la Uniteta, la de las collejas, la de los jamones, la del hueso en la cabeza, la mamá de 2 príncipes y ahora la autora del libro superventas: Una más del batallón… de luchadoras del lazo rosa.

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Un libro que me zampé de una sentada la tarde en la que me llegó con una dedicatoria de esas de enmarcar. Me adentré en su historia de lucha contra el cáncer, que aunque en buena parte conocía, leerla de un tirón te da esa perspectiva de la vida que a veces olvidamos. Es un libro sobre el día a día de alguien que ha pasado por un cáncer de mama, pero sobre todo un libro escrito con mucho arte, te ríes, emocionas y te quedas con su moraleja “se puede superar un cáncer con energía y buen humor”. Ella sabe lo más importante, vivir, y así lo demuestra su historia.

Blanca, de Una madre más trabajadora a Una más del batallón, bloguera y escritora solidaria. ¿Echas algo de menos de tu anterior etapa?

No, en absoluto. Ahora disfruto mucho más de todo. De mi tiempo como madre, ama de casa, amiga, #oncocrafter, lectora, seguidora de decenas de blogs pero también de esa conversación a la puerta del colegio, esa llamada telefónica, una charla con la panadera… El cáncer te da una bofetada y te grita “¡eh! ¡Para! ¡Disfruta de las pequeñas cosas!”

En tu libro, como en tu vida, tus príncipes son muy protagonistas. ¿Hasta qué punto ellos comprendían por lo que pasaba su madre?

Lo asumieron como parte de su realidad desde el primer momento, a sus 4 y 6 añitos. Desde el principio les hice partícipes de todo, adelantándoles lo que iría sucediendo, pero sin aspavientos, adaptando la información a su edad. Me han ido acompañando en el proceso quimioterapia-cirugía-radioterapia-Herceptín de manera natural y sin dramatismos. Ellos sabían que mamá tenía un bulto en el pecho y que se estaba curando. Aún hoy seguimos hablando con toda naturalidad del tema cuando plantean alguna pregunta, porque sigue siendo parte de nuestro día a día, como que el pequeño haya olvidado por qué me quitaron un pecho, hasta cuándo seguiré usando la prótesis de mama, cuándo me quitarán el port-a-cath o más recientemente

“¿Por qué todos te abrazan tan fuerte y a veces os ponéis a llorar riendo?”

Ahora, con la perspectiva del tiempo vivido, no puedo más que aplaudirles por cómo lo han llevado. Estoy tremendamente orgullosa de ellos.

Dos años después del diagnóstico has ganado la batalla. ¿Qué consejos darías a quien acaba de enterarse que tiene cáncer?

¿Consejos? Ninguno. Bastante tienes con que todo el mundo al conocer tu diagnóstico, crea estar ayudándote al decirte que su amiga “Fulanita lo pasó y está fenomenal”, o que “has tenido suerte porque eres joven y además el de mama está muy estudiado” para que venga ahora Unamás a darte consejos.

Lo que sí puedo hacer es ponerme a su disposición y ofrecer algo que a mí me sirvió de mucho tras el diagnóstico, como es una oreja y un hombro. Ser ese alguien que te escuche y con quien puedas compartir tus miedos y tus dudas. Compartir mis truquillos en torno a la temida quimioterapia y sus efectos secundarios, por ejemplo, y si te apetece, contarte también lo que a mí me ha ido bien, que ha sido ser positiva y tirar p’alante con energía y naturalidad, apoyarme en mis amigos y llorar cuando he tenido que llorar, gritar cuando he sentido la necesidad de hacerlo, y organizar una cena en casa con los amigos cuando me lo ha pedido el cuerpo pidiéndoles luego que frieguen los platos porque a ti la quimio te deja hecha polvo y no te encuentras con fuerzas.

Y además, soy buena dando abrazos. Abrazos apretaos.

La blogoterapia y las redes sociales han sido de ayuda. ¿Seguirás conectada y escribiendo ahora que has ganado la batalla?

Sí, claro. De hecho hace ya un año que mi tratamiento era tan rutinario y “llevadero” que me ha permitido ir retomando mi vida, apartándome un poco del tema médico y he seguido contando mi día a día. Porque creo que también es bueno que se vea que con el cáncer, una pasa uno o dos añicos duros pero luego se vuelve a vivir con normalidad. Con revisiones y perrerías esporádicas, pero se retoma una vida “normal”. Así que yo ahora lo mismo un día te enseño la última pulsera que he hecho que comparto la manualidad que hice ayer con los príncipes o la receta de pescado con la que he triunfado esta semana. Y cuando tengo algo médico que contar, lo cuento, porque para mí el blog es como tomarme un café con los lectores.

Y conectada con el mundo oncológico lo estaré siempre, porque soy Pelona Peleona y aún hay muchas cosas que mejorar en torno a las enfermedades onco-hematológicas y mucha gente a la que ayudar. Y creo que estando al otro lado de la pantalla yo puedo aportar mi granito de arena.

Te interesa mucho la desestigmatización del cáncer. ¿Cómo afecta a un enfermo de cáncer a que se utilice peyorativamente en los medios de comunicación?

A mí me revienta por dentro, me duele muchísimo. Mira si tenemos estigmatizados a los enfermos de cáncer que mis príncipes no le han puesto nombre a mi enfermedad hasta ahora, con la publicación del libro, porque lo han leído en la contraportada. Y es que, ¡caray! Uno dice “cáncer” y la gente automáticamente tuerce el morro y piensa en Menganito, que se murió de cáncer y en lo desgraciado de tu situación. Yo no quería eso para mis hijos. Habría sido la reacción lógica de sus compañeros del colegio y yo no quería que tuvieran esa impresión, porque partíamos de la base de que yo misma no tenía esa percepción. Yo no me iba a morir, así que para los príncipes mi cáncer ha sido “un bulto en el pecho” hasta que como todo, las cosas han venido rodadas y con mucha naturalidad le han puesto nombre. Y ahora podrán aleccionar a otros que vendrán detrás usando el término de manera peyorativa.

Y luego llegan los medios de comunicación y narran la muerte a causa de un cáncer de un actor, un cantante y otros televisables como “víctima de una larga y penosa enfermedad…” No, señores. Se llama cáncer. Vale que su esencia es la proliferación incontrolada de células malignas en el organismo, pero ¿por qué hay que hacer ese uso peyorativo? Y sobre todo ¿por qué está reconocido como cuarta acepción de la palabra “cáncer” en el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española? Ahí tengo mi lucha particular: desestigmatizar el cáncer. Porque cáncer es lucha, no muerte, no me mires con pena ni utilices el término peyorativamente. Exijamos que no se utilice para compararlo con cosas como la droga o la violencia de género, que según los medios de comunicación son “el cáncer de nuestra sociedad”.

Aunque no nos conocíamos de antes creo que siempre has tenido sentido del humor, sido querida, dado mucho amor, valorado la vida ¿Por qué y cómo dices que te ha cambiado el cáncer?

Durante el proceso he aprendido lo que yo denomino “lecciones de vida”. Ahora me conozco mejor a mí misma, tengo muy claro qué es importante y qué no lo es, disfruto de lo que antes pasaba desapercibido para mí y pocas cosas hay que me quiten la sonrisa. Soy mejor persona porque efectivamente, ahora valoro la vida. Y eso debería preguntárselo todo el mundo: ¿valoras la vida o pasas por ella?

¿Qué es para ti la felicidad?

Ir por la calle con una sonrisa de oreja a oreja, entrar canturreando al supermercado, dar los buenos días a un desconocido, compartir un aperitivo con los amigos, acostarte sabiendo que has hecho bien a alguien, quedarte mirando embobada a los príncipes cuando juegan juntos sin pelear, decirle a un amigo “te quiero”, tropezar con una farola porque vas enganchada al whatsapp organizando la próxima campaña #donamedula con los pelones…


Como seguro que te has quedado con ganas de seguir leyéndola en la librería online Diego Marín y en Amazon tienes su libro. En Una Más del Batallón os invita a pasaros sin llamar y por supuesto en Pelones.

Si la quieres conocer en persona y no eres de Murcia es complicado, afortunadamente en breve vendrá a Sevilla junto al resto de pelones en el conocido Tour Pelón 2013 😉

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10 respuestas a Mucho más que un libro sobre el cáncer de mama

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